A más de un año de la anunciada intervención al Museo Lítico de Tiwanaku (promocionada con bombos y platillos por el entonces "flamante" Ministro de Culturas Pablo Groux), y a 8 meses de la visita de "expertos" en patrimonio y conservación de la UNESCO al Sitio Arqueológico de Tiwanaku; podemos aseverar con mucha pena, de que tanto intervenciones como recomendaciones para conservar, proteger y restaurar este "Patrimonio Cultural de la Humanidad" no prosperaron en lo más mínimo.
El estado en el que se encuentra el Museo lítico es lamentable, y de cuatro salas de exposición, a la fecha, sólo una se mantiene abierta al público: la sala que contiene al Monolito Bennett, una pieza lítica monumental que continúa siendo atacada por la humedad y la salinidad del recinto y el suelo. Como anecdotario queda la pésima disposición de la sala y la escasísima iluminación que sólo hace distinguible un bulto, del que no es posible apreciar a cabalidad, nada de su maravilloso tallado.
Monolito Bennett |
Paredes y techo del Museo Lítico atacados por la humedad (fotografía Los Tiempos) |
A los serios problemas de infraestructura y humedad, deben sumarse los problemas de exposición.
El Museo Cerámico, alberga una importante colección, expuesta de manera poco didáctica, sin señalética, sin aparente guión museográfico o montaje planificado. El visitante a la postre, puede admirar una colección "infinita" de vasos keru,o platos playo acumulados apretadamente en las vitrinas (que hacen las veces de depósitos de vidrio), sin mayor descripción que una pequeña ficha que denota la filiación cultural y algún dato complementario.
El Museo Cerámico, alberga una importante colección, expuesta de manera poco didáctica, sin señalética, sin aparente guión museográfico o montaje planificado. El visitante a la postre, puede admirar una colección "infinita" de vasos keru,o platos playo acumulados apretadamente en las vitrinas (que hacen las veces de depósitos de vidrio), sin mayor descripción que una pequeña ficha que denota la filiación cultural y algún dato complementario.
Sin embargo, las falencias de exposición se tornan superfluas cuando se consideran los problemas de humedad, que también perturban estos recintos, y que son visibles en paredes y techos.
Para completar este paisaje desolador, las estructuras líticas del Complejo Arqueológico de Tiwanaku presentan el mismo estado de abandono. No sólo se advierte la casi ausencia de señalética, sino que también se aprecia la precariedad de las medidas de protección para resguardar las estructuras y estelas, de posibles desmanes de los visitantes.
Paralelamente se puede observar el avance de líquenes en los muros de muchos recintos (Kalasasaya, Templete semisubterráneo, entre otros) y monolitos, como la famosa puerta del sol, cuya cara dorsal se encuentra invadida.
A 1 año y 4 meses del anuncio de intervención, emitido por el Ministro de Culturas Pablo Groux, se puede comprobar fácilmente que nada ha cambiado, y que el estado de deterioro del complejo arqueológico se agravó a vista y paciencia de autoridades ministeriales, prefecturales, municipales y comunales.
De nada sirvió que hayan pasado por Tiwanaku un sinfín de misiones de la UNESCO, recomendando a distra y siniestra, y amenazando con revisar la declaratoria de "Patrimonio de la Humanidad" del sitio arqueológico.
De nada sirve que el Municipio de Tiwanaku cuente con sus propios arqueólogos, cuando las falencias económicas, administrativas, de infraestructura y de personal especializado, hacen que la labor de estos investigadores se vea circunscripta a las buenas intenciones, enmarcadas en las decisiones tajantes y antojadizas de las autoridades locales y vecinales.
De nada sirve la tan mentada ley de autonomías, ya que sólo sirvió para que cada una de las instancias territoriales se libere de responsabilidades cuando de velar por el patrimonio arqueológico se trata.
De nada sirve que el Director de Patrimonio del Ministerio de Culturas sea un arqueólogo de profesión, cuando ni siquiera se promueve e impulsa un Plan de manejo para el famoso sitio arqueológico.
De nada sirve contar con un Ministerio de Culturas, cuando su máxima autoridad se encuentra ocupada promocionando y supervisando la llegada de cantautores (amén del montaje de tarimas), organizando fiestas, posesiones, encuentros, reuniones, matrimonios, entre otros; o últimamente, distraída en asegurarse la participación de Bolivia en la ruta del Rally Dakar...un evento neocolonialista de pacotilla que hasta la fecha sólo se aseguró de destruir el patrimonio cultural y natural de los paises por los que pasó (según las varias denuncias emitidas por la Sociedad de Arqueólogos de Chile y paleontólogos de Argentina y Perú).
Ante este nada alentador panorama sólo se puede esperar que alguna autoridad (Ministerial, Prefectural, Municipal o Comunal...porque todas tienen responsabilidades compartidas) se digne a cumplir la ley -y por lo tanto sus funciones- y comience las obras de restauración del Museo Lítico (salvaguardando adecuadamente las piezas que alberga), que priorice la conservación de las estructuras y estelas del sitio arqueológico, en fin, que finalmente impulse, implemente y viabilice, el tan esperado -y exigido- "Plan de manejo" para el Sitio Arqueológico de Tiwanaku.
Vista posterior del Monolito Ponce "protegido" por un trio de sogas y un letrerito |
Vista frontal de la Puerta del Sol
Vista posterior de la Puerta del Sol,
en la que se puede apreciar claramente el ataque de líquenes
Muro del Templete Semisubterráneo
afectado por líquenes
De nada sirvió que hayan pasado por Tiwanaku un sinfín de misiones de la UNESCO, recomendando a distra y siniestra, y amenazando con revisar la declaratoria de "Patrimonio de la Humanidad" del sitio arqueológico.
De nada sirve que el Municipio de Tiwanaku cuente con sus propios arqueólogos, cuando las falencias económicas, administrativas, de infraestructura y de personal especializado, hacen que la labor de estos investigadores se vea circunscripta a las buenas intenciones, enmarcadas en las decisiones tajantes y antojadizas de las autoridades locales y vecinales.
De nada sirve la tan mentada ley de autonomías, ya que sólo sirvió para que cada una de las instancias territoriales se libere de responsabilidades cuando de velar por el patrimonio arqueológico se trata.
De nada sirve que el Director de Patrimonio del Ministerio de Culturas sea un arqueólogo de profesión, cuando ni siquiera se promueve e impulsa un Plan de manejo para el famoso sitio arqueológico.
De nada sirve contar con un Ministerio de Culturas, cuando su máxima autoridad se encuentra ocupada promocionando y supervisando la llegada de cantautores (amén del montaje de tarimas), organizando fiestas, posesiones, encuentros, reuniones, matrimonios, entre otros; o últimamente, distraída en asegurarse la participación de Bolivia en la ruta del Rally Dakar...un evento neocolonialista de pacotilla que hasta la fecha sólo se aseguró de destruir el patrimonio cultural y natural de los paises por los que pasó (según las varias denuncias emitidas por la Sociedad de Arqueólogos de Chile y paleontólogos de Argentina y Perú).
Ante este nada alentador panorama sólo se puede esperar que alguna autoridad (Ministerial, Prefectural, Municipal o Comunal...porque todas tienen responsabilidades compartidas) se digne a cumplir la ley -y por lo tanto sus funciones- y comience las obras de restauración del Museo Lítico (salvaguardando adecuadamente las piezas que alberga), que priorice la conservación de las estructuras y estelas del sitio arqueológico, en fin, que finalmente impulse, implemente y viabilice, el tan esperado -y exigido- "Plan de manejo" para el Sitio Arqueológico de Tiwanaku.