Sabrina Elena Alvarez Duran
Dagner Salvatierra Lopez
Es popular la venta de objetos arqueológicos en el mercado negro (informal) las autoridades conocen el hecho y desconocen los procedimientos requeridos para poder recuperar las piezas, hacen caso omiso de las denuncias que se presentan ante instancias pertinentes.
Se pueden encontrar objetos de metal como Topos, ídolos, figuras antropomorfas, zoomorfas; objetos líticos como puntas de proyectil de diferentes épocas, objetos cerámicos de diferentes usos, entre otros. Muchos de éstos provienen de excavaciones clandestinas, las mismas siguen realizándose por personas que piensan que al vender este tipo de objetos van a ganar mucho dinero, e inclusive es lo opuesto, ganan cifras insignificantes ya que el que gana mas es el comerciante al que le dejan la pieza. No dándose cuenta el daño que causa este hecho a la comunidad, sino también a la pérdida de información del registro arqueológico. Importante también es aclarar que entre estos objetos, mezclados con las originales, se encuentran réplicas bien trabajadas que se tienen que observar minuciosamente para ser discriminadas.
El caso que se toca ahora es el de dos Kerus de madera, coloniales (e inclusive uno podría tener una data anterior), encontrados por casualidad en la calle Sagárnaga en un puesto de venta de artesanías y antigüedades, en medio de ellos se pudo observar estos kerus, los mismos están a vista de policías, autoridades, extranjeros que tienen la mayor posibilidad de comprarlos y ahí se pierde una más de las piezas que por supuesto no están catalogadas.
Es inconcebible que las autoridades expresen que no pueden hacer nada ante este tráfico de piezas y darse el lujo de discriminarlas por que sean de un tipo de material. Al parecer su importancia y valor cultural esta diferenciado por tratarse de cerámica, metal y no consideran todo lo que este confeccionado en otro material ya que -según ellos- no está amparado por la ley.
Se saca estas interpretaciones de la conversación mantenida al realizar la denuncia ante la Unidad Nacional de Arqueología, la cual derivó el caso al Ministerio de Culturas con el Sr Norgardo Jiménez, el mismo que indicaría que no se tiene una legislación apropiada para este tipo de hechos, refiriéndose a las indicadas piezas, ya que las mismas según Jimenez son falsas y lo habrían constatado antes con otras pesquizas. El punto dramático en este tema es que ni siquiera se hicieron las respectivas averiguaciones antes de afirmar esto entonces se debe suponer que ellos ya conocían las piezas? o por el contrario era para evitar la fatiga de ir a constatar la denuncia?
Con respecto a este tema es importante aclarar que el Código Penal vigente SÍ establece sanciones para casos como éstos (venta de Patrimonio), de igual manera el Reglamento de Excavaciones de la UNAR, la nueva Constitución Política del Estado todas tratan como Patrimonio Arqueológico englobando todos los objetos o piezas sean de data Precolombina, Colonial, Republicana, no segregándolos. Estas denuncias supuestamente son investigadas por parte de las autoridades competentes, para el caso, UNAR, Viceministerio de Culturas, ente encargado de velar por nuestro Patrimonio.
Es necesario que se cuente con gente capacitada y con conocimientos básicos de Patrimonio no solo Arqueológico, sino también Histórico, Arquitectónico, Documental, entre otros. Como se dice “especialista” en el área.