martes, 16 de marzo de 2010

Negociando con el patrimonio cultural

En la lógica del turismo todo es vendible y ofertable, sólo hay que inventarse una oferta y pretender que puede existir una demanda.

Desde hace algún tiempo en Bolivia el turismo cultural ha cobrado impulso , proliferando sin cesar emprendimientos locales implementados por comunidades y manipulados por ONG´s, investigadores de turno (que especulan para obtener financiamientos) y recientemente instituciones públicas.

La falsa premisa de desarrollo rural no agrícola (vendida cínicamente por la UNESCO entre otras instancias) se ha posicionado raudamente entre poblaciones mal informadas, municipios corruptos y comunidades paupérrimas.

Como resultado nos hemos visto rodeados de emprendimientos locales que fracasan sin cesar dejando conflictos inter-comunales; gastos onerosos que no pueden ser salvados por los municipios; ofertas turísticas para las que no existe demanda pues se encuentran fuera de los circuitos turísticos; destrucción de áreas de preservación natural a nombre de "turismo de aventura"; destrucción de áreas arqueológicas bajo la excusa de implementación de museos regionales (que no son otra cosa que meros depósitos); conflictos comunales de impacto y capacidad; entre muchos otros.

No es casualidad que en nuestro país sólo existan unos cuantos emprendimientos comunales exitosos (Sajama, Chalalán, Mapajo, por mencionar algunos) mientras que el resto se fueron diluyendo cuando cayeron en cuenta tardíamente de que no todo es ofertable, y de que se requiere algo más que un paisaje espectacular, fauna y flora únicas y restos arqueológicos para entrar en el globalizado mundo del turismo comunal.

En regiones donde se carece de agua, luz, infraestructura y accesos viales las ofertas pueden no ser atractivas, los turistas pueden no llegar nunca y el desarrollo prometido queda sólo en eso: promesas.

Aunado a esto se presenta el grave problema de la inexistencia de políticas culturales que garanticen la preservación y conservación del patrimonio natural y cultural antes que la promoción de los mismos.

Por otro lado no se implementan estudios de impacto y capacidad ni del medio ni de la población, dejando como corolario comflictos ambientales y culturales difíciles de sobrellevar (sólo recordemos como pátetica anécdota la toma del aeropuerto de la Isla de Pascua en Chile por parte de los isleños -a finales del pasado año-, en protesta por la "invasión" descontrolada de turistas y la proliferación de hoteles y alojamientos).

El turismo comunal se vende indiscriminadamente y es el propio estado quien lo está impulsando, sin caer en cuenta de que la oferta de "lo único, lo propio y lo particular" no es más que la nueva visión globalizada del desarrollo regional sin responsabilidad.

miércoles, 10 de marzo de 2010

SOCIEDAD DE ARQUEOLOGÍA DE LA PAZ. VOTO RESOLUTIVO

Frente a los últimos acontecimientos suscitados en torno a la intervención de la Unidad Nacional de Arqueología y el Museo Nacional de Arqueología (entidades dependientes del Ministerio de Culturas), a raíz de las reiteradas denuncias realizadas por autoridades civiles y políticas de Tiwanaku, la ciudadanía en general, los actores culturales y nuestra propia organización; alertando oportunamente sobre la corrupción, el tráfico de influencias, la pérdida de material arqueológico, el apropiamiento indebido de información documental arqueológica y la negligencia en el cumplimiento de funciones de las instituciones intervenidas. La Sociedad de Arqueología de La Paz, reunida en su primera Asamblea General Anual ha emitido el siguiente voto resolutivo:
1. Apoyar la Intervención que ha llevado adelante la Sra. Ministra Zulma Yugar como medida necesaria para ordenar la primera institución nacional a cargo de las políticas arqueológicas del País, instando a que esta acción se lleve a cabo con la mayor transparencia posible y en el marco de las Leyes que rigen tanto el patrimonio nacional como los derechos humanos y ciudadanos.
2. Respaldar con un voto de confianza el trabajo que viene cumpliendo como Directora Interina de la Unidad Nacional de Arqueología nuestra asociada María Soledad Fernández, cuya trayectoria académica y profesional se enmarca en los cánones de ética e integridad, que tanto nuestra Sociedad como la propia práctica arqueológica demandan de los profesionales de esta disciplina.
3. Apoyar moral y materialmente a nuestros asociados Rúden Plaza Martinez, Velia Mendoza, José Luís Paz Soria y Adolfo Perez, sobre cuyo trabajo la Sociedad de Arqueología de La Paz expresa su mayor confianza.
4. Solicitar al Ministerio de Culturas y Ministerio de Transparencia la incorporación de la Sociedad de Arqueología de La Paz en las labores de monitoreo de la Comisión de intervención a la UNAR y MUNARQ, a fin darle mayor transparencia al proceso y participación a los actores culturales y sociales que están realmente interesados en el esclarecimiento de las denuncias y el cumplimiento de las leyes que prescriben los delitos en contra del patrimonio cultural y arqueológico boliviano.

La Paz, 5 de marzo del 2010